Sistema de Áreas Protegidas SIGAP - Fuente: CONAP
El Parque Arqueológico Naj Tunich se localiza en el sureste del departamento de Petén en la región norte de Guatemala, a 35 kms del municipio de Poptún y a 5 km al oeste de la zona de adyacencia con Belice, en el sector sur de las Montañas Mayas, cercanas a la Bahía de Amatique en el Golfo de Honduras. Se ubica en la zona de amortiguamiento de la Reserva de Biosfera Chiquibul – Montañas Mayas (Consejo Nacional de Áreas Protegidas, 2013). El paisaje está compuesto por montañas con relieve variado, en una extensiva zona kárstica emergida durante el período Cretácico, que forma parte de las llamadas Montañas Mayas.

El Parque fue creado en 1985 y declarado como patrimonio mixto de la Nación (Ministerio de Educación, 1985) con el objetivo de conservar los bienes que en él se albergan, especialmente las pinturas rupestres y petroglifos mayas encontrados en su interior. El área está registrada como “Sitio Arqueológico Naj Tunich” y como “Cuevas Naj Tunich” en el Registro de Bienes Culturales de la Época Prehispánica de la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural. Las cuevas fueron reencontradas en 1979 y reportadas en 1980. Como patrimonio arqueológico, el Parque es administrado por el Departamento de Monumentos Prehispánicos y Coloniales (DEMOPRE) del Instituto de Antropología e Historia (IDAEH).




Fotografía: Mónica Pellecer, 2013
Se trata de un sitio ceremonial natural y de peregrinación ritual de la antigüedad con funciones político religiosas, utilizado por una población de élite procedente de distintas ciudades de la región de tierras bajas Mayas (Brady y Villagrán, 1991; Stone, 1991 y 1995. Escobedo, 1993; Sheseña, 2008). Este sistema de cavernas posee un túnel principal que mide aproximadamente 3000 metros de largo y 15 metros de ancho con varias ramificaciones (Stone, 1991).

Las pinturas identificadas muestran escenas de la mitología relatadas en el Popol Vuh (Stone, 1991; Rivera Dorado, 1988), así como rituales bajo la cosmovisión de la cultura Maya prehispánica. Se ha identificado una cantidad considerable de manifestaciones vinculadas a construcciones funerarias elaboradas en mampostería, fuentes de agua subterránea, huellas humanas y una gran colección de materiales arqueológicos.

Sus paredes exhiben una excelente muestra del arte antiguo Maya, al contener sobre ellas 96 manifestaciones rupestres entre las que destacan 500 glifos concentradas en 35 textos jeroglíficos. Estas manifestaciones se agrupan en tres tipos: petroglifos, dibujos y huellas. Las pinturas fueron elaboradas al parecer entre los años 692 al 771 d.C. (siglo VIII). Aunque el uso de la cueva se inició aproximadamente desde 300 años a.C., tuvo continuidad ocupacional hasta 900 dC. (Brady y Villagrán, 1991; Escobedo, 1993) con evidencia de escaso uso en el período postclásico (Brady y Villagrán, 1991). Su escritura indica fechas y actos rituales Mayas referidas al calendario Maya (Sheseña, 2008 y 2010), así como a acciones relacionadas con la política y la religión de aquella época (Sheseña, 2008). La mayor concentración de pinturas, se localizan en la parte más alejada, escondida y obscura de las cuevas, garantizando espacios de privacidad (Brady, 1993).

Naj Tunich está ubicado en una zona de recarga hídrica (CONAP, 2013). Según Thompson, las cuevas son fuente de agua “virgen” utilizada para ritos religiosos y practicas espirituales (como se citó en Bonor y Martínez, 1992). Naj Tunich presenta dos espacios con agua almacenada, una pileta readecuada a través de una presa y un pozo profundo que mantienen agua en invierno, éste último fue reportado con agua durante el verano (Brady y Villagrán, 1991). En su superficie se encuentran algunos manantiales que actualmente son utilizados por la población local y los vigilantes del parque.

Tanto las pinturas como los textos de escritura Maya antigua demuestran el nivel de desarrollo técnico y artístico alcanzado por los mayas. Las cuevas en Mesoamérica manifiesta Thompson, han sido apreciadas como sagradas por considerarlas un acceso al inframundo y un espacio que acerca a los humanos a sus deidades (como se citó en Bonor y Martínez, 1992), sin embargo, la diferencia de Naj Tunich es que sobresale de las demás por la existencia de estas pinturas y sus petroglifos con gran calidad artística y ser un sitio de peregrinación ritual prehispánico de élite de la región como sugieren Brady y Villagrán (1991) y Sheseña (2008).

Desde finales del siglo XX, la entrada de la cueva está siendo reutilizada para celebrar ceremonias realizadas por la población Maya actual, aunque ésta ya no corresponde a un grupo de élite. Estas ceremonias son parte de los procesos de reivindicación de estos pueblos en Guatemala. La cueva continúa teniendo su función como sitio de peregrinación ritual regional como en el pasado, en tanto que grupos de diversas comunidades, municipios y regiones llegan al lugar para celebrar sus ritos realizados en el umbral de la cueva para peticiones sobre salud, bienestar, productividad especialmente de las cosechas y celebración de días especiales dentro del calendario Maya, considerándolo como un espacio sagrado.

Naj tunich es reconocido como patrimonio arqueológico y documental, sus manifestaciones representan la escritura Maya antigua, donde sus autores han dejado plasmada parte de su cosmovisión a través de escenas de calidad artística, gráfica y caligráfica distribuidas en diferentes galerías de las cuevas formadas en un contexto geológico kárstico. Por esa importancia el Estado guatemalteco lo registró en la Lista Indicativa ante UNESCO en el año 2002, ratificado y priorizado en el año 2012, bajo los criterios (i), (iii), (v), (vi), y (vii) (Recuperado el 16 de Agosto 2019).
Bibliografía citada:
Brady, James E. y Sandra Villagrán de Brady. (1991). La arqueología de la cueva Naj Tunich: Patrones de utilización ritual. En II Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1988. J.P. Laporte, S. Villagrán, H. Escobedo, D. de González y J. Valdés (ED), p. 179-186. Museo Nacional de Arqueología y Etnología. Guatemala.

Bonor Villarejo y Carolina Martínez Klemm. (1992). Traducción y comentarios al artículo de J. Eric S. Thompson -The Role of Caves in Maya Culture. Boletín Americanista, No. 42-43, 1992, p. 395-424. En https://core.ac.uk/download/pdf/39087979.pdf

Consejo Nacional de Áreas Protegidas. (2013). Plan Maestro de los Complejos III y IV del Sureste de Petén. Reserva de Biosfera Chiquibul – Montañas Mayas y Refugios de Vida Silvestre Machaquilá y Xutilha. Documento Técnico No. 100. Guatemala.

Escobedo, Héctor. (1993). Resultados preliminares del análisis de la cerámica de Naj Tunich. En III Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1989. J.P. Laporte y S. Villagrán (Ed), p. 121-135. Museo Nacional de Arqueología y Etnología. Guatemala.

Ministerio de Educación. (1985). Acuerdo Ministerial A-48-203. De fecha 8 de Febrero 1985. Creación del Parque Arqueológico Naj Tunich y declaración de patrimonio cultural y natural de la nación. Guatemala.

Rivera Dorado, Miguel. (1988). Un punto de vista sobre el mito central del Popol Vuh. Revista Española de Antropología Americana, No. XVIII. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, España. DOI: https://doi.org/

Sheseña Hernández, Alejandro. (2008). Jerarquía ritual y política en la cueva de Naj Tunich. En XXI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2007. J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía (Ed), p. 1041-1055. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

(2010). El vocabulario Maya clásico de los ritos en cuevas. Recuperado el 16 de Agosto 2019 de http://www.mesoweb.com/es/articulos/vocabulario/Cuevas.pdf

Stone, Andrea. (1991). Las pinturas y petroglifos de Naj Tunich, Petén: Investigaciones recientes. En II Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1988. J.P. Laporte, S. Villagrán, H. Escobedo, D. de González y J. Valdés (Ed), p. 187-201. Museo Nacional de Arqueología y Etnología. Guatemala.

UNESCO. (2012). Las Cuevas de Naj Tunich. Recuperado el 16 de Agosto 2019 de http://whc.unesco.org/en/tentativelists/5739/